Las empresas son la mejor garantía para el futuro, por José A. González, secretario general de CEOE
Reproducimos, por su interés, un extracto del artículo publicado por el secretario general de CEOE, José Alberto González Ruiz, en el que destaca el papel protagonista del tejido empresarial español, como motor impulsor de la recuperación económica en nuestro país.
Desde el primer momento de la crisis sanitaria del Covid-19, los empresarios españoles hemos asumido nuestra responsabilidad constitucional contribuyendo a encontrar puntos de consenso y acuerdo en aras a la defensa de los legítimos intereses de la empresa, y en beneficio del conjunto de la sociedad española. Los empresarios tenemos claro que los aspectos humanitarios y sanitarios deben prevalecer sobre cualquier otra consideración a la hora de trazar las líneas de actuación de la deseable reactivación de la economía.
En los próximos meses, la recuperación de ingresos no va a ser inmediata, por lo que las empresas necesitan flexibilidad interna y externa para acompasar esta evolución por el lado de los costes y ajustar sus capacidades. Por ello, entendemos que ha sido positivo el que a través del diálogo social se haya podido desligar la duración de los Ertes de fuerza mayor del Estado de alarma y matizar el compromiso de mantenimiento del empleo para las empresas en situaciones críticas como la de estar en riesgo de entrar en concurso de acreedores.
No podemos ignorar, además, nuestra pertenencia a la Unión Económica y Monetaria. La respuesta europea ante esta crisis debe ser clara, ambiciosa, coordinada y solidaria. En este contexto, resulta crucial reforzar la gobernanza europea para asegurar que el apoyo financiero se traduce en una adecuada coordinación de las políticas económicas nacionales y en la implementación de las reformas estructurales necesarias. La Unión Europea debe apostar por mantener la apertura global del comercio, apoyando las soluciones multilaterales. Además, es fundamental un impulso decidido al mercado único, como también lo es avanzar en la Unión Bancaria y la Unión de Mercado de Capitales.
La reactivación requiere de un clima lo más favorable posible a la actividad empresarial, en el que, además, el capital humano debe ser el catalizador crítico en la modernización y transformación de nuestra economía. El diálogo social ha de configurarse como el marco natural de encuentro y consenso de las acciones y reformas más necesarias y adecuadas para apoyar nuestra vuelta a la normalidad.
Debemos contemplar la estrategia de salida de manera esperanzadora. Los empresarios, si se les respeta y apoya, son normalmente los más optimistas entre los agentes económicos. Y es que forma parte de la naturaleza empresarial esa resiliencia, esa capacidad creativa e innovadora que nos permite evolucionar, transformarnos y adaptarnos a las dificultades y cambios del entorno, para seguir generando riqueza, empleo, prosperidad y bienestar, que es tanto nuestra responsabilidad última como nuestra mayor vocación.
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