Presentado el Anuario de Juego en España 2023 y las conclusiones del estudio “Juego y Sociedad”, de CEJUEGO
El Consejo Empresarial del Juego (CEJUEGO) ha presentado este jueves en Valencia el Anuario de Juego en España 2023 y las conclusiones del estudio “Juego y Sociedad”.
Tal y como informa CEJUEGO en una nota de prensa, un total de 22,9 millones de personas que representa al 83,9% de la población española de entre 18 y 75 años, es decir, ocho de cada diez personas, admite haber jugado a algún juego de azar en el último año. Asimismo, concluyen que jugar es una de las actividades de ocio más habituales entre los españoles. Al margen del juego público (Loterías del Estado y productos de juego de la ONCE) que practica un 66% de la población, un 17,9% de los españoles practica juegos de entretenimiento que se ofertan en casinos, salones de juego, bingos, apuestas deportivas, etc. Los usuarios de juego privado se sitúan seis puntos por debajo de los asistentes al teatro (24,5%), y son cinco veces más de los que van a la ópera (3,3%).
Por otro lado, también se pone de manifiesto que la situación generada por la pandemia en la que se obligó al cierre temporal de locales y salones de juego generó un descenso evidente de la actividad en España en el 2020, situándola a niveles similares a los de las crisis económicas. En 2020, el 80,9% de los españoles practicaron alguna modalidad de juego, un dato muy similar al de 2013 (80,3%). A lo largo de estos últimos dos años, las cifras han ido recuperando paulatinamente los niveles prepandemia con un 82,4% de jugadores en 2021 y un 83,9% en 2022.
Según las cifras del Anuario del Juego 2023, el juego privado aporta, entre tasas especiales e impuestos, más de 1.700 millones de euros a las arcas públicas. Esta cifra supera en mil millones a la aportación que hace el juego público (unos 700 millones de euros). En cuanto a la incidencia en el mercado laboral, el juego privado emplea a 47.000 trabajadores, diez mil más que el juego público. El sector crea en total unos 85.000 empleos directos, una cifra similar a la de 2017. Por su parte, las máquinas B en hostelería sostienen 40.000 empleos. Sumando el resto de los empleos indirectos, se alcanzan 170.000 puestos de trabajo.